Los monstruos y tú
Cuando me enteré de la presentación de este libro, pensé que no la podía dejar pasar. Fuera de las teorías del psicoanálisis, nos relata la historia de un doctor quien enseña a tres pequeños a eliminar ese miedo hacia los monstruos. Es una búsqueda metódica para no temerles más. Este libro infantil es fruto del trabajo de Martín Solares y José Trinidad Camacho “Trino”. La chamba de Solares, fue la de convivir, platicar y analizar por meses el temor de los niños, desde sus fuentes y reacciones hasta dar vida a ello. En cuestión a las ilustraciones, Trino hace de la vida de los personajes un arte por los trazos suaves e inconsistentes, tal cual como lo hacíamos en la guardería.
Aunque mi edad no es la de una niña, he sentido miedo a los monstruos miles de veces. Es un libro que te transporta a la infancia para más tarde darte cuenta que sigues siendo el mismo niño temeroso a ese no sé qué. Para los chiquitos es un libro perfecto para afrontar el hacerte pisi o no querer dormir con la luz apagada. Debo confesar que soy una gallina, conforme lo iba leyendo recordé las miles de veces en que no podía pegar el ojo porque sencillamente creía que algo iba a salir por debajo de la cama, al fondo del pasillo o de lo oscuro del closet. Es muy gracioso, siempre creí que era una “obsesión al orden”, cuando irónicamente soy desordenada, pero no encuentro otra explicación más lógica de cerrar o abrir completamente el closet por las noches más que la de temer a un monstruo de la infancia. Más ridícula puede parecer la actitud al bajar a la cocina cuando se va la luz, y es que yo creo que no soy la única persona la cual escucha un ruido en casa estando sola, y se hace bolita para no caer en las redes de un fantasma, un muerto, algo o alguien.
Es un libro que te divierte mucho, te hace recordar tus temores de la infancia e incluso puedes palpar algunos de esos temores en la actualidad. Bien creo que después de leer este libro, el hombre lobo, el coco, y la mano peluda no son cuentos, son simples temores infundados que a muchos nos acompañan en sueños, en la memoria y en la ridícula madurez.